Secretos oscuros del vaticano: Emanuela Orlandi, la única ciudadana vaticana desaparecida en la historia moderna del Estado Vaticano.


Emanuela desapareció el 22 de junio de 1983 sin dejar rastros, después de salir de su escuela en Roma. Cursaba segundo año de bachillerato. Su padre era empleado del Vaticano y la familia, de nacionalidad vaticana, residía intramuros, en el pequeño Estado, desde hace un siglo.
El libro de Larraquy recuerda que “antes de entrar a la escuela desde un auto estacionado bajó una persona y le ofreció un trabajo: distribuir volantes para un desfile con un dinero altísimo para la época”. La adolescente fue a clases y antes de salir llamó a su casa. “Habló con su hermana Federica y le contó la historia. El señor la esperaba a la salida”. Nunca se supo más de ella.
La desaparición de Emanuela caló hondo en el Vaticano. Juan Pablo II “hizo ocho apelaciones públicas por la vida de Orlandi en los Ángelus. Fue el primero que habló de secuestro. Nadie lo había hecho hasta entonces”, señala el libro. En la Navidad de 1983 el Pontífice polaco fue a casa de la adolescente y le dijo a sus padres: “existe el terrorismo nacional y el terrorismo internacional. El de Emanuela es un caso de terrorismo internacional. Estamos haciendo todo lo posible”, relata Pietro en el libro.
Lo cierto es que todas las líneas de investigación tienen al Vaticano como involucrado principal; sin embargo, el caso ha sido clasificado, cerrado y reabierto en varias ocasiones.
La renuncia de Benedicto XVI –dicen investigadores del Vaticano-, tiene entre muchas otras cosas, relación con las revelaciones de los Vatileaks.Luego de la filtración estalló una bomba: el sacerdote Gabriel Amorth, jefe de exorcistas del Vaticano y uno de los investigadores del caso Orlandi, declaró que Emanuela había sido convertida en una esclava sexual, usada en varias orgías en el Vaticano y luego asesinada. “Fue un crimen de naturaleza sexual”, declaró en una entrevista publicada por el periódico La Stampa y firmada por el reportero Giacomo Caleazzi.
Otra de las teorías respecto a la desaparicón de Emanuela, indica que fue secuestrada por Enrico De Pedis, un capo de la mafia La Magliana vinculado con altos mandos de la iglesia.
Se barajó la posibilidad de que Emanuela hubiera sido secuestrada por La Magliana para presionar al Vaticano, al que responsabilizaba de pérdidas financieras por la quiebra del Banco Ambrosiano, vinculado con el Instituto de Obras Religiosas (IOR) de la propia Santa Sede.
una mujer anónima, a la que la prensa identificó como Sabrina Minardi, dijo que fue el mafioso Enrico De Pedis, jefe de la banda de la Magliana, -asesinado en un ajuste de cuentas en 1990 y enterrado en la iglesia de San Apolinar de Roma- quien secuestró a Orlandi y que si se quería solucionar el caso bastaba con abrir la tumba y ver quién estaba enterrado.
En el año 2012 la tumba fue abierta por orden de la Fiscalía romana. Según la abogada de la familia Orlandi, Nicoletta Piergentili, el cadáver de De Pedis se encontraba en un ataúd colocado dentro de otro y éste a su vez metido en otro más, al igual que son enterrados los Papas dentro de tres féretros. La policía científica, según las fuentes, tomó restos del cadáver, así como de la tumba, sin llegar a una prueba contudente entre el mafioso y la desaparicion de Enmanuela.
¿Cómo es posible que un criminal estuviera sepultado en una basílica? ¿Qué relación había entre él y el caso Orlandi? Tal vez nunca sabremos la verdad.

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