Del odio al amor, el bizarro caso de Linda riss y Burt pugach .


Linda Riss pasó a casarse con Burton Pugach, quien en 1959 contrató a un maton para arrojar lejía en su cara. Su desconcertante pero duradera unión fascinó a los medios de comunicación.
Al principio se conocen en el parque, se gustan e inician una relación. Él la lleva a cenar a sus restaurantes favoritos, viajan juntos en su avión privado, se enamoran… Él mantiene una pasión obsesiva por ella, y ella piensa que él es el hombre perfecto, el príncipe azul que el destino le tenía reservado. Él, para mantener la situación y prolongarla recurre al engaño. Falsifica papeles de divorcio que le presenta a ella como verdaderos. Pero antes se coge a un mentiroso que a un cojo, según el dicho popular español. El pastel se descubre y todo se termina. Linda perdona el engaño a Burt, pero como la relación no puede continuar, lo deja, conoce a otro hombre y se compromete con él.
Burt obsesionado y enamorado decide que si Linda no va a ser definitiva para él, definitivamente no será para nadie. Burt recurre a un sicario que se presenta en casa de Linda y le lanza ácido al rostro. Linda queda ciega. Tras un mediático proceso Burt es condenado a 30 años de cárcel.
Han pasado catorce años de condena. La legítima de Burt no ha podido aguantar los vaivenes y noticias de su relación y ya se ha divorciado del abogado. Burt sale de la cárcel debido a su buena conducta y va en busca de Linda, quien no se ha casado en todo ese tiempo ni ha mantenido relaciones importantes.
El agresor y la víctima se reencuentran casi una década y media después. El hombre que dejó a Linda ciega, Burt, sigue obsesionado con ella. La ciega Linda sigue enamorada de su verdugo. Al poco tiempo Burt y Linda contraen matrimonio.
Los reporteros y los espectadores resumieron la extraña relacion, en una maltratada mujer y un loco manipulador de víctimas. Sus bromas, sin embargo, hicieron eco de los divertidos y tolerantes intercambios de parejas casadas en Nueva York. "Ellos piensan que estoy muerta del cerebro, y ellos piensan que eres un psicópata", dijo Linda Pugach a su esposo, cuando un reportero registró debidamente los intercambios.
Linda Pugach, murió a los 75 años en el 2013 y su marido Burt afirma que la sigue amando hasta el dia de hoy. la historia de un amor ciego en el que la ceguera abandona el campo de la metáfora para hacerse realidad. Ver para creer…, o mejor dicho, dejar de ver para amar.
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